Letras turgentes para la noche. Lengua de punta para las ondas.Erotismo a flor de piel. Una invitación a los sentidos. La puerta está entreabierta...
viernes, 8 de julio de 2011
DEJÉ EN SU CUERPO TODOS MIS PECADOS por José Perona
Dejé en su cuerpo todos mis pecados,
mis sueños y mis aventuras prohibidas.
Horadé aquélla grieta y adoré aquél
océano rosa.
Como un arqueólogo que sueña con encontrar
su mayor tesoro, arrodillado caí sobre su monte,
que poco a poco iba coronando y destapando.
De los pechos blandísimos de espuma,
emergían dos pezones marrones de azúcar,
y más abajo, como el horizonte en una
tarde de invierno, tapizado en negro, sus genitales
ardían en mis manos como un amor adolescente,
y para apaciguarlo, lo extinguía gota a gota
desde arriba, sin agua, ni manguera, ni náufrago.
Aquí descansó mis sueños, el arqueólogo
y murieron las aventuras.
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