viernes, 30 de enero de 2015

GRACIAS



- ¿A qué no habéis entrado en la página de ArtPorn?

La pregunta de Gracita cogió desprevenida a las tontorronas de sus amigas en una tarde sin gracia de un sábado sin gracia…

- Desgraciadas… No sabéis lo que os perdéis. Un sitio donde se demuestra que se puede hacer Arte con mayúsculas, congraciarse con agraciados cuerpos que copulan de forma artística delante de la cámara. Algo artístico. Arte por el Arte.

-         Un Arte sublime sin interrupción…

-         Ya lo creo, perfección de cuerpos frente a frente…

-         A un lado y otro de la cámara…

-         O del lienzo…

-         Arte vivo y carnal…

-         ¿Estamos pensando en lo mismo?

-         Nada de cámaras ni de postureo de red social…

-         Ni ordinarieces…

-         Cuerpos frente a frente…

-         Algo artístico…

-         Prohibidos los cuartos de baño…

-         Y los espejitos…

-         Y las poses…

-         En un sitio elegante…

-         Con Arte…

Cuatro de la tarde. Sala IV de un desértico Museo de Bellas Artes. Sestean cuadros y vigilantes. Tres Gracias desnudas en un lienzo desde hace siglos. Artes bellas. Cuatro desgraciadas frente a ellas. Sonríen nerviosas. Se hacen gracia. Caen al suelo blusas, pantalones, faldas, medias, sujetadores, braguitas y hasta un mínimo tanguita. Al frío suelo. Frente al lienzo, cuatro cuerpos desnudos se sienten una obra de Arte: pechos al óleo, caderas sobre lienzo, posturas en un marco y sexos ardientes en la frialdad académica que las contempla. No lo habían pensado, pero entre sonrisas nerviosas han comenzado acariciarse. Pelos, hombros, pechos, pezones, caderas, nalgas y hasta algún coño que no superaría las estrictas mediciones de humedad que se realizan en la sala. Un motivo para que salten las alarmas. Una gracia.  Arte por el Arte. Pobres desgraciadas. Las cámaras del museo acababan de estrenar su programa de difusión continua: “Arte para todos y al alcance de todos”. El patrocinador nunca imaginó el masivo seguimiento que tendría su proyecto.

viernes, 23 de enero de 2015

El Río de la Plata por Humberto G





Supongo que la idea me había rondado desde hacía tiempo pero sólo se me hizo patente en ese instante: si mi motivación sexual consiste en mirarla a ella, dado que ella cierra los ojos, ¿en qué piensa en ese período atemporal? ¿Dónde encuentra su motivación si no es en lo que puede ver?
-¿En qué piensas mientras follamos?
Había estado ensimismada mirándose las uñas y a los transeúntes. Levantó la cabeza y me miró espantada, pero de forma teatral.
-En qué voy a pensar. En lo que hacemos.
-Entonces, ¿por qué cierras los ojos?
Se me ocurrió que me había precipitado. No sabía si quería indagar más.  Ella clavó los ojos en mí y supe que por su cabeza pasaban ideas que no estaba segura de querer compartir conmigo. Tuve que poner la misma cara de no saber si hablar o no, porque sonrió.
-¿En qué piensas tú? –me dijo, seguro que para ganar tiempo.
-Me gusta ver la cara que pones. De cualquier manera, la visión del desnudo femenino me basta. Desde siempre. ¿Y tú?
-Yo pienso en vos.
-Entonces por qué cierras los ojos. Si me puedes mirar en carne y hueso, por qué imaginarme…
-Mira, es verdad, no siempre pienso en vos. Es absurdo jugar a este juego. No es nada malo. No creo serte infiel por pensar en cositas. Algunas veces tengo fantasías digamos… fantasías externas a nuestro propio acto… ¿Entendés?
-Ya veo. Y, dime, ¿qué clase de fantasías?
-Ay, pues no sé chico en muchas cosas… seguro que vos también tenés… quitad esa cara que no conseguirés que me sienta mal.
-Quito la cara si me cuentas una de esas fantasías.
-Nunca.
-Si me cuentas una de esas fantasías, prometo olvidar toda la conversación y no hacer nunca jamás alusión a ella ni directa ni indirectamente.
Se quedó pensando. Le brillaban los ojos.
-Bueno. ¿Sabés una situación que nunca falla, una que me hace sentir entre mis piernas el Río de la Plata?
-Cuéntamelo.
-Pues que estoy en un parque y un tipo viejo, feo y gordo me empieza a meter mano. Y yo me dejo… me mete la mano por debajo de la pollera ansioso… y por la blusa y me magrea toda… yo no hago nada, él lo hace todo con esas manazas enormes… eso me pone a cien.

Me lo contó y jamás fui el mismo. Me lo contó y no cumplí mi promesa. Me lo contó y no puedo dejar de pensar en ello.

miércoles, 7 de enero de 2015

EL UMBRAL DE LA SOMBRA por Lourdes N.J.



Ven a mi pequeño mundo
que llevo sobre mi cuerpo
mi blusa, mi falda, mis medias
y mis zapatos charol de tacones
esperándote como aquella
noche en el umbral
   para que lo atravieses,
me desnudes y pueda
sobre mi silueta entrar
tu cuerpo hacia mi sombra.

domingo, 4 de enero de 2015

MARICRUZ



Cuando la conocí tuve mis dudas sobre si era mocita, si venía del famoso barrio y hasta sobre su rubia melena, aunque hubo lenguas, malintencionadas, que me advirtieron de un cuerpo hechicero que hacía a los hombres pecar. No hice caso alguno. Todo sonaba a palabrería de copla que se lleva el viento.
- Mira que tras esa apariencia angelical y ese casto nombre se esconde todo un demonio…
Qué sabría nadie… Aunque pronto abandoné la línea del desconocimiento para situarme en el lado oscuro de su cuerpo. Y de su alma. Me explico. Como toda mujer que se precie, Maricruz tenía una especial fantasía que la excitaba. Suena feo, pero me contaron que se llamaba coprolalia: excitación con las palabras. En los pacientes comunes, con palabras malsonantes. Ella nunca fue común y el suyo debía ser un caso raro, pues el morbo de las palabras se reducía exclusivamente a cuatro letras, las cuatro últimas letras de su casto nombre. Si escuchaba esa dichosa palabra, las consecuencias eran absolutamente imprevisibles…
La primera misa a la que asistimos me dio la clave. “Por la señal de la Santa Cruz…”
Resorte activado. Fuera de sí. No tuvo reparos en que sus manos bucearan entre su escote, acariciaran la turgencia de sus pezones y acabaran buscando el calor insaciable de su entrepierna. Allí mismo. Uno, dos y hasta tres dedos. Antes de la homilía podía haber alcanzado dos o tres veces las eternidades prometidas, y cuando el celebrante dio la bendición final, pudimos marchar en paz, ella más que nadie, dándome la impresión de que daba las gracias por no humedecer más el ya no tan frío banco del templo.
Allí comenzó mi calvario… o mi Edén.
Desde entonces no hemos faltado a celebración dominical alguna, a funciones, a cruces de mayo o hasta a rosarios vespertinos donde se repitiera la austera y excitante letanía.  Rincones, estancias y hasta calles y plazas donde se repetía un éxtasis que casi nos hizo pensar en la creación de una hermandad cuya advocación no me atrevo a nombrar…
- Un demonio, un demonio…
Hoy más que nunca he recordado aquella palabras de advertencia. Pidió en la carta a los Reyes Magos una sesión fotográfica especializada. Sus majestades cumplieron y aquí nos encontramos, en un coqueto estudio, entre focos, decorados efímeros y blancas pantallas. El fotógrafo ha pedido que sea natural, que se deje llevar y que disfrute de la sesión. Cuando le ha propuesto acompañar la pose con música ha cometido el mayor de los errores posibles. A pesar de su apariencia de moderno, ha optado por acompañar el posado con una vieja melodía que hablaba de quereres y de amores a cuestas, con un estribillo insistente y definitivo:
- Eres mi cruz, eres mi cruz, eres mi cruz…
La reacción no se ha hecho esperar. El resorte se ha activado con más fuerza que nunca. El fotógrafo suda como en una selva. Yo he elegido la sintonía del resto de mi vida…