miércoles, 31 de julio de 2013

NOCTURNO por Martini



El silencio cubrió de incertidumbres la noche más hermosa; su piel se erizaba imaginando las caricias robadas; sus labios, húmedos como la escarcha, esperaban besos de amaneceres placenteros.
Todo su cuerpo, vestido de ardiente pasión, era una joya susurrada por cientos de deseos que acariciaban los pliegues de las sombras de la madrugada.
Había una luz envolvente que abrazaba todo su ser, desenfrenadamente, y todos sus sentidos, incontrolados, enloquecían al imaginar sentirse saboreada, como si toda fuese de miel, por la hoguera de fuego de la lengua de su amado.
Entre tanto, la luna dibujaba la belleza de la noche sobre su piel deliciosamente desnuda y suspiraba, estremecida, tratando de borrar el vacío de su inevitable ausencia.

domingo, 28 de julio de 2013

SEBASTIÁN (SANTORAL IRREVERENTE)

Hoy tocan emociones fuertes Sebastián...
Y yo, amante en la sombra de la pasión menos recomendable, la creí sin poner el más mínimo límite ni impedimento. Ni antes, ni durante, ni después...
Véndate los ojos. Quédate quieto. Dame tus manos...
Tres imperativos a los que ha seguido el duro presente de una cuerda que me ha inmovilizado, de una ceguera forzosa que se ha impuesto y de un dolor que se se ha mezclado con la incertidumbre de un camino sin luz en la noche...
Ahora viene el dolor, el martirio, la pasión...
No sabría decir cuántas veces ni cual ha sido la más dolorosa. Un dardo, dos, tres, cuatro... En el pecho, en los brazos, en las piernas, en los muslos, en la pelvis, en mi espalda. Dolor de saetas lanzadas contra mi cuerpo en una cruel acupuntura de pasión. He gritado, callado, susurrado, implorado y, lo reconozco, he gemido. Dolor en cada uno de los rincones de mi cuerpo.
Cada llaga será un punto para el placer eterno...
Dicho y hecho. Primero me ha besado, al mismo tiempo que quitaba la venda de mis ojos. Besos en mis labios, en la llaga del hombro, en la de la cintura, en la llaga de la espalda, en la dolorosa llaga del muslo, en las llagas de los brazos, en la llaga del muslo... Ha llegado a la entrepierna y ha añadido la lengua a sus besos. Con levedad inicial, con relajado rastreo posterior, suelta y desinhibida, y hasta con glotonería final. Olvidó los besos y ya sólo piensa en chupar con una voracidad increíble. No parece tener fin. Ni límite. Ni freno. La dureza de mi entrepierna tampoco. La eternidad de la tortura se me hace un rumor pasado frente a la placentera realidad presente. Confieso que he tardado, pero que no he tenido más remedio que llegar al final. Realidad fundida con deseo en una pasión que fluye desde lo más profundo de mi pasado dolor...
¿Sabes una cosa Irene? Sé que hay muchos malpensados que te llaman puta, pero yo hoy te acabo de colocar en el más elevado de los altares...

sábado, 27 de julio de 2013

DE SUEÑOS Y ORGASMOS por María José Durán



-¿Te he dicho alguna vez que me toco pensando en ti?



-Sí, Nadine, eso ya ha salido en la conversación.



-Oh, ¿quieres que te haga eso ahora?



-Sinceramente, preferiría que no, Nadine.



-Uf, me encanta ese trabuco que guardas en los pantalones… Solo puedo pensar en que me azotes con él suavemente la cara.



-Nadine, concéntrese. Esto se nos está yendo de las manos.



-Oh, dios mío, Frank, métemela.



-¡Señora! ¿Ve usted el callejón?



-¡Oh, sí! ¡Lo veo! ¿Quieres hacerlo allí Frank?



-De acuerdo, ahora dígame qué ve al otro lado del callejón.



-¡Veo tu polla, Frank, tu polla!



-¡Eh Frank!- Bramó entre risas el interfono.



El negro de dos metros se echó hacia atrás con la silla precipitadamente. Se levantó y recorrió toda la sala de interrogatorios hasta el cristal. Presionó el botón del aparato y bramó - ¡Qué!



-Dile que la saque, ¿quieres?



Frank hizo un gesto al hipnotizador que observaba desde un rincón de la sala con las manos entrelazadas y éste se acercó a Nadine. La tomó de la frente y empezó a susurrarle al oído mientras ella permanecía allí sentada, agitándose de éxtasis.



Con una mirada hacia el espejo Frank apagó las risas que se oían al otro lado.



-Tres, dos, uno… ¡despierta!- con un chasquido de los dedos de aquel negro la rubia de bote abrió los ojos sobresaltada.



Nadine amaneció de entre las sombras agitada, con la respiración muy fuerte. El pecho se le movía hacia arriba y hacia abajo.

Poco a poco se fue tranquilizando y al hallarse en aquella  habitación de paredes vacías se asustó un poco. Palpó sus ropas y las notó un poco deshechas, de forma que bajó la cabeza y se sonrojó.



-¿Ha vuelto a pasar?- musitó Nadine.



-Sí, me temo que sí.



Nadine bajó su mano hasta su coño. Tras palpar un buen rato, ante la atónita mirada de todos los policías (delante y detrás del espejo) se chupó el dedo corazón.



-Al menos esta vez he llegado al orgasmo.

domingo, 7 de julio de 2013

YO MORIRÉ DE AMOR por Conchita Fernández




Yo moriré de amor como en el ruedo
muere el toro de lidia, su bravura,
se enardece a la honda picadura
y embiste mas y mas  sin sentir miedo.

Yo moriré de amor cual paso quedo
en la noche se acerca, mi andadura
lenta tendrá también la desventura
de sentirse acusada con el dedo.

¡Mas no importa, nacida en siglo veinte
despliego mi bandera enardecida
de un hondo sentimiento noble y fuerte.

Hecha jirones pero al fin erguida
prefiero ser amiga de mi muerte
antes que muerta resistir con vida.

miércoles, 3 de julio de 2013

PUBERTAD por Manuel Melado




Se alisa la melena dulcemente
acercando al espejo su mirada,
y frunce el entrecejo preocupada
extirpando un barrillo de su frente.

Con rubor se nota de repente
mujer definida y madurada,
que surge de la niña liberada
buscando lo ignorado ardientemente.

A solas en su cuarto ya se siente
al tacto de su mano avergonzada,
envuelta en sensaciones ignoradas
que producen sus dedos torpemente.

El lazo indeciso se desata
del leve camisón se clarea,
donde surgen sus pechos incipientes
y roza sus pezones escarlata
y cerrando sus ojos se recrea 
y un "Dios mío" musita quedamente.