miércoles, 3 de julio de 2013

PUBERTAD por Manuel Melado




Se alisa la melena dulcemente
acercando al espejo su mirada,
y frunce el entrecejo preocupada
extirpando un barrillo de su frente.

Con rubor se nota de repente
mujer definida y madurada,
que surge de la niña liberada
buscando lo ignorado ardientemente.

A solas en su cuarto ya se siente
al tacto de su mano avergonzada,
envuelta en sensaciones ignoradas
que producen sus dedos torpemente.

El lazo indeciso se desata
del leve camisón se clarea,
donde surgen sus pechos incipientes
y roza sus pezones escarlata
y cerrando sus ojos se recrea 
y un "Dios mío" musita quedamente.

3 comentarios:

L.N.J. dijo...

Delicado y bonito poema.

Buscando su nombre "Manuel Melado" le he visto junto a Ángel Nuñez, lo conocí en algunas tertulias literarias.
De las pocas que suelo asistir,

saludos.

Rascaviejas dijo...

Bienhallada

L.N.J. dijo...

De nada Rascaviejas, no me tientes, que todavía no me he ido del todo.