martes, 13 de septiembre de 2011

DECIDA POR SÍ MISMO

Todo en la vida era cuestión de una elección. Al menos eso le habían enseñado alguna vez. No se imaginaba cuando llegó la otra que una elección pudiera ser tan trascendente, tan decisiva para el resto de la vida…

Desde su llegada todo había sido más fácil: nunca le dolía la cabeza, nunca estaba cansada, jamás le tuvo que apagar la tele y en todo momento parecía querer más. Nada que ver con lo de antes: la elección equivocada frente a la acertada. Quizás porque la nueva no tenía dónde elegir, qué más daba eso… Satisfacción era la palabra que definía la nueva relación. Ahora por delante, ahora por detrás, ahora oral, ahora anal; un ratito encima, otro debajo… Y su había que empezar de nuevo, una sonrisita y vuelta al lecho. Pero ahí no quedaba la cosa. La monotonía y el aburrimiento quedaron en el pasado. Volvió la pasión, el juego, el morbo…Cada noche era diferente a la anterior. Podía jugar a los pistoleros y ella cabalgaba, al médico y la tontita del pueblo y vaya con al tontita, al guardia civil y la autoestopista y vaya forma de pagar las multas…Disfraces, fantasías, cueros cadenas, posturas inverosímiles…Cada noche era una elección distinta y novedosa, aunque la más difícil estaba por llegar…

Ya llevaba tiempo pensándola pero le faltaba ese empujoncito final que le falta a los hombres tímidos. Buscó momentos y lugares pero no supo cómo hacerlo. La solución estuvo en un hotel, un impersonal cuatro estrellas que supo aconsejarle como nadie. Fue en la intimidad del cuarto de baño de la 349, mientras analizaba el paso del tiempo por la flacidez irrecuperable de la que, definitivamente, era una barriga prominente. Un pequeño cartel junto al cestito del champú le dio la clave:

“Estimado cliente ¿Ha pensado usted cuántas toneladas de toallas se lavan diariamente en todos los hoteles del mundo sin que esto sea realmente necesario? Imagínese las enormes cantidades de detergentes que detrimentan innecesariamente nuestras aguas. Decida por sí mismo. Si deposita sus toallas en la bañera se la cambiaremos. Si las cuelga en el toallero sabemos que las utilizará una vez más. Su medio ambiente se lo agradecerá.”.

Sabios consejos para poner en práctica…

A la mañana siguiente, el servicio de habitaciones hallaba en la bañera de la habitación 349 el cadáver de una mujer de unos cincuenta años. Sobre el toallero, cuidadosamente colocada, contemplaba la escena una inexpresiva sonrisa dibujada en una muñeca hinchable.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Una cosa es la elección y otra la ereccción. Sugerente historia.