Se sabía violento, pero su obsesión era más fuerte que la vergüenza que sentía ante sus compañeros de trabajo.
Aquella mañana ya había volcado una papelera en medio del despacho y ahora se disponía a romper, debajo de su escritorio, una botella de ginebra que disimulaba en un cajón desde las pasadas navidades.
Ya no sabía a qué recurrir para poder mirar lascivo a la nalguda limpiadora de su oficina, principalmente, cuando ésta se agachaba en pompa de espaldas a él.
1 comentario:
Veo esta foto y siento que han violado todos mis derechos y que me han escupido y tratado como objeto.
Erótico no es someter a la persona, erótico no es igual a perversión. Es denunciable que hoy en día siga habiendo personas que hagan o permitan este tipo de blog y comentarios...
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