lunes, 16 de mayo de 2011

EL ESPEJO

- Ya no eres la más bella mi reina…

Desde que oyó la maldita afirmación su vida estuvo marcada por la obsesión de recuperar, fuera como fuera, el que siempre fue su trono. Nada ni nadie se lo impediría. Por eso llenó el reino de brujas narigudas y desdentadas. Por eso llevó manzanas envenenadas hasta el último de los rincones. Por eso llegó a robar los fríos del calendario, para que las blancas nieves no aparecieran en los resquicios del almanaque. Por eso, y sólo por eso, prohibió la existencia de hombres que no dieran la talla, daba igual que fueran felices, mocosos, muditos, perezosos, dormilones o gruñones…

Pero nada parecía hacer efecto. Quizás había equivocado su plan actuación. No seguiría actuando fuera. La acción se encaminaba hacia adentro. Frente a frente. Sin máscaras ni excusas…

No tuvo prisas en la preparación, ni en los perfumes, ni en el peinado, ni en la elección de la ropa… Tampoco tuvo prisas en la ceremoniosa forma de desnudarse, allí, frente a frente, la verdad desnuda, sin tapujos. Se vio y se gustó. También debió gustar. Sobre todo cuando, sin prisa alguna, acarició hasta el último poro de su placeres, de la dureza de sus pechos a las profundidades de su sexo. Llegó un momento en el que no tuvo más remedio que cerrar los ojos y contener un gemido de satisfacción. Su respiración entrecortada le permitió escuchar la sentencia esperada:

- Ya sí eres la más bella, mi reina…

No hacían falta más palabras. La humedad que descendía por su entrepierna confirmaba su regreso a un trono que nunca debió abandonar…


2 comentarios:

L.N.J. dijo...

Muy ingeniosa la reina Manuel Jesús, dile que este verano traiga un poco de fresquito.

Besos.

Anónimo dijo...

creo a mi entender, que mientras uno no se vea como es y como quien es,y que por mucho que se haga o quiera aprarentar ser, nunca se verá ni estará guap@ consigo mism@, mientras no te aceptes, y no te quieras...
de todas formas, expongámonos a los vientos, je je. felicidades.

josé perona