viernes, 24 de mayo de 2013

MI ADORABLE SOBRINO por Asun Jiménez



Mi marido no me puede acompañar los sábados a vender en el mercadillo y lo hace su sobrino Rafael. Rafael es un gitano alto, fuerte y con unos ojos... Carga en un suspiro todo el género con sus grandes brazos en la furgoneta y la arranca con fuerza mientras me canta:
- Limpiaba el agua del río… como la estrella de la mañana, limpiaba el cariño mío al manantial de tu fuente clara… como el agua…como el agua….
Su alegría y vitalidad es contagiosa. Jóvenes gitanas se acercan al puesto e intentan 'ronear' con él pero no les hace caso. En cambio, se encela si algún payo me dice algo o me mira con mala intención, que no son pocos. Soy una gitana muy guapa, aunque esté mal que yo lo diga.  
Mientras ambos atendemos al público se producen choques fortuitos que no tomo en cuenta, pero mi cuerpo sí. Cada roce es un látigo, un resquemor que recorre mis entrañas y que me deja casi sin aire…
En el bolsillo de mi delantal llevo pequeños billetes para el cambio, ya no me los pide como hacía antes, ahora mete la mano… siento como sus dedos me hurgan, como recorren y acarician mi vientre antes de coger el dinero. Mi turbación va en aumento mientras su descaro crece.
- ¡Me tienes loco! - me jura.
- ¡Ay Rafaé!...
Me escapo donde la furgoneta buscando aire, intentando recordar a la gitana honrada que siempre he sido. Mi sobrino se me acerca y me coge por la cintura. Le pego una bofetada para soltarme, intentando poner orden y respeto. Reacciona besándome. ¡Y cómo besa este chiquillo! Me zafo de él como puedo.
Al volver al puesto veo que mi sobrino recoge todo aunque aún es muy temprano. Le ayudo a guardar el género y a desmontar el tenderete sin hablarle.
Subimos a la furgoneta. Estoy como ida, con la mirada tan perdida como yo. Él sonríe y canta.
- De ti deseo yo to el calor, pa ti mi cuerpo si lo quieres tú, fuego en la sangre nos corre a los dos… como el agua…como el agua…como el agua

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