miércoles, 13 de abril de 2011

MASOQUISMO

Descubrió el placer del dolor de forma casual. De pequeño sentía una extraña satisfacción cuando sus compañeras del colegio lo empujaban por las escaleras: no sabía si era mejor el empujón, el golpe o el posterior lamido de las heridas. Extremó su mala actitud en clase sin diferenciar si le agradaba más el estruendoso grito, el violento tirón de pelos o el arrebatador golpe de la palmeta de madera sobre sus manos... Aunque no había nada como los maternales azotes sobre sus sonrosados glúteos: llegó a gritar las mayores insolencias para que aquella rítmica sucesión de manotazos no parara nunca. Placer en el previo, en el golpe y en la contemplación posterior de los cachetes colorados hasta el amoratamiento. En su adolescencia muchos lo contemplaban como un bicho raro cuando se entremetía en peleas de niñas en las que, curiosamente, parecía llevarse siempre la peor parte en forma de tirones de pelo o de bofetones sin respuesta. Una curiosa actitud que trasladó a sus primeros encuentros amorosos en los que pedía cariñosos apretones y en los que simulaba accidentes con dolorosos pellizcos de cremalleras inferiores... Pero su imaginación iba más allá: ya había llegado a las cuerdas, las ataduras, el cuero negro, las botas altas y hasta, porqué negarlo, la manzanita caramelizada... en la boca. Imágenes mentales a las que aquella noche se sumaron la realidad de un mordisco, la de unas uñas clavadas en su espalda y la mejor de las más dolorosas y placenteras fantasías...

- Oye , nazareno, ¿me das cera?

3 comentarios:

L.N.J. dijo...

¡Pobrecilla! ¡con lo que duele la cera!

Muy bueno, tiene un encanto especial.

Besos.

El titán dijo...

Aquí cada uno disfruta como le place. Que hay que azotarse, azótese uno.

eres_mi_cruz dijo...

permítaseme un pequeño inciso... incisión para quien guste y goce...

gracias por su clase magistral...
a usted y a sus compañeros de triumvirato... mira si son rancios que eligieron, como diría Gurruchaga, la cuarrrta parteee...

sólo por una vez... nuestra vida dura una semana...