
Temblando iban mis labios
hacia el desnudo misterio de su cuerpo
de suaves pezones y roquedos pechos.
Me doblego ante ellos como una víctima
y me baño apasionado en la impureza
de su entrepiernas ardiente,
donde entregado en la locura sensual,
de sabores y de aromas,
me dejo llevar y tocar y disfrutar
por una lengua dócil, entrenada y desconocida,
que ensucia ya su boca palpitante
de mi blanca sangre a golpes lentos y mudos
como una caricia oculta.
3 comentarios:
Muy intenso y pasional,
saludos.
gracias amiga lurdes. un beso.
gracias amiga lurdes. un beso.
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