sábado, 27 de octubre de 2012

CÓMPLICES por Martini.




Lo sabe porque ella se lo ha dicho. Sabe que un brillo especial toman sus ojos y una sonrisa pícara escapa entre sus labios. Disfruta con lo que le dice y goza sintiéndose deseada. Con cada palabra suya paladea el sabor de sus caricias, el aroma de sus besos, el olor inconfundible de su piel.
Y anhela perderse en la noche de sus ojos, y gozar de sus labios.
Anhela que él lea todos los poemas escritos en su piel, y desea que lo haga despacio con la punta de su lengua, que se pierda entre las curvas almibaradas de su cuerpo.
Se siente mujer de canela y miel, y su piel se abrasa en el fuego de sus versos y es, entonces, cuando desea, más que nada, que sus dedos se deslicen por el jugo placentero de su sexo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

me ha gustado mucho!!!

Dyhego dijo...

Con un martini en las manos, todos es posible.
Salu2.

L.N.J. dijo...

J.M, precisamente es una de las dulzuras que tienen estos momentos que cuentas, la complicidad.

Saludos.