
temiendo el grave daño que causaba
el fuerte ataque varonil primero
hasta dejar corriente el agujero.
La madre, que su miedo conocía,
si a su hija algún joven la pedía
con el honesto fin del casamiento,
procedía con tiento,
sin quitarle del todo la esperanza,
hasta que en confianza
al galán preguntaba sigilosa
si muy grande o muy chica era su cosa.
Luego que esta cuestión cualquiera oía,
alarde al punto hacía
de que Naturaleza
le había dado suficiente pieza.
Quién decía: -Yo más de cuarta tengo;
quién: -Yo una tercia larga la prevengo;
y un oficial mostró por cosa rara
un soberbio espigón de media vara.
Tan grandes dimensiones iba viendo
la madre y a los novios despidiendo,
diciéndole: -Mi niña quiere un hombre
que con tamaños tales no la asombre:
un marido de medios muy escasos;
y así, ustedes no sirven para el caso.
2 comentarios:
¿estamos hablando de Félix María Samaniego?... le he leído enterita a mi hija la edición de Calleja de sus fábulas en verso castellano... agradezco pues a la Autoridad eclesiástica por su imprimátur ...
una fábula sobre la coitalgia o dispareunia... ahora entiendo lo del aparejo y el penacho en la fábula
Los dos machos... joder con Félix María...
esta fábula debió inspirar a los viajantes ingleses del Grand Tour, ya sabe usted aquello de...
if you try black, you never come back...
Las fábulas tienen muy buena base. Su foto así lo demuestra. El viajante inglés del Gran Tour merece una relato...A ver si encontramso un ratito
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