Posa para mí. El fantoche éste me ha lanzado la tópica frase para crear buen
ambiente de trabajo. Y poso. Click. Clak. Sobre las blancas sábanas hará un
buen contraste el bronceado de mi piel desnuda. Destacarán las marcas del
minúsculo tanga que tantos infartos ha provocado este verano. No tengo prisas. Exquisito, me dice. Clik. Clak. Sé
desnudarme lentamente, que estas sesiones pueden ser muy largas. Para algunos,
una eternidad. La que transcurre mientras desabrocho mi blusa de seda blanca.
Un botón. Dos. Tres. Al cuarto, la laca de mis uñas juega al contraste con el
dorado de la piel. Instante de pose. Exquisito,
me vuelve a decir. Clik. Clak. La blusa cae al suelo con la elegancia de la que
carece el fantoche. Jugueteo con el encaje del sujetador. Asoma la piel blanca.
De diana, un negro pezón. Clik Clak. El fantoche parece acalorado. Normal.
Tanteo la otra aureola blanca del ya duro pezón. Empieza a sudar. Mis pechos se
liberan. Clic. Clak. Le vuelvo la espalda según el repertorio clásico. A ritmo
lento desciende la cremallera de la falda. Sin prisas. Sin pausas. Al caer al
suelo, la falda vuela al infinito lanzada por mis tacones de negro charol.
Reflejan los brillos de su sudor. Exquisito,
vuelve a repetir. Clik. Clak. Me vuelvo al fantoche y parece gustarle. También
mi tanga de encaje negro. Lentamente lo hago descender por la eternidad de mis
piernas. Parecen quedarse atascados en los zapatos de charol. Vuelan, de nuevo,
al infinito. Como mi desnudez. Como la excitación del fantoche. Clik. Clak.
Acometo sin prisas posturas de repertorio. Mano en la ingle. Mano en el pecho.
Mano en la cintura. Mano en mi sexo. Clik. Clak. Respira el fantoche con
dificultad. Todavía se atreve con las indicaciones. Tócate. Y me toco. Primero
un dedo. Dos. Y hasta tres. Primero el contorno. Luego unos labios. Luego
otros. Luego todo. Clik. Clak. El fantoche no puede más. Ya no puede dar
indicaciones. Tomo las riendas. Tócame tú.
Aquí. Así. Así. Así. Más. Más. Y más. Mi cuerpo no ha podido con un torrente
oculto de humedades. El fantoche tampoco. Tumbado el suelo aferra su mano al
pecho. Vacío su cartera mientras fotografío un nuevo cadáver. Un cadáver
exquisito. Clik. Clak.
1 comentario:
Simplemente, guauuu!!!!!!
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