Despierto en medio de la noche,
te pienso pero no estás a mi lado. Me quedo un tiempo sintiendo el
silencio que me acompaña, y el mismo que me lleva a indagarte.
Mi mente te busca y sabe donde encontrarte, tu cara me sonríe al verme cubierta por una de tus camisas, conocedor de que debajo no hay ninguna prenda, encuentras sólo unos ojos verdes, los labios deseables que te gustan y una melena enredada; un sólo botón abrochado que adivina uno de mis pechos te embriagan, dando lugar a uno de esos besos lentos que siguen cortejándome, nuestras bocas se exploran y ambas lenguas se deslizan inundado el espacio de la otra.
En este tenue y oscuro silencio, buscas mi cintura, agarrándome como puedes juegas con esa línea que tanto te gusta y donde me acaricias.
Nuestras bocas empiezan a
abandonarse en ese placer, mis pechos desnudos se cobijan en tus manos. Besas
mi vientre deseable, para continuar bajando por un pubis desprovisto de vello.
Ahí, comienzo a palpitar por una lengua ávida y venenosa, mi respiración
que se entrecorta, no tardamos en sentir esas contracciones de goce; en el
silencio, sé que me quieres dentro, pero no sé ya si es una Orden o un
Deseo.
4 comentarios:
Acompañaria a la bella dama en los silencios.
Muy buenoo!!!!!
Gracias!!!
muy erótico pero también romántico...hay amor en ese encuentro...precioso y elegante relato.
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