Me dejo envolver por las sábanas de la madrugada,
el sosiego de la noche me vuelve a traer tu recuerdo,
siento sobre mí el brillo de tu mirada, sugerente, dulce,
encantadora...
Presiento el roce de tu cuerpo desnudo buscando mis
caricias...
Tus labios, dulcemente sabrosos, me provocan con ternura...
Buscas apasionadamente mis besos y yo te correspondo
mientras juego con tus pechos de azúcar y miel,
y siento el embriagador aroma de tu sexo,
me pides que lo saboree y no puedo resistirme a tu petición,
pues tu piel, ardiente y deseosa de placer, me invita
una vez más al gozo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario