Nunca me importó que me
confundieran con el hombre del saco. A tomar, a tomar, le respondo… Las que hacen
bromas con el tamaño de mi barriga también caen en el mismo sitio, yo les prometo
el regalito y se encuentran con el paquete donde menos lo esperaban. Una
sorpresa es siempre una sorpresa…Cuando me afean la antigüedad de mi barba, que
si no me recorto el pecho o la espalda, acierto con el regalo seguro: la mejor
crema depilatoria. Me ofrezco de banco de pruebas y practican. Primero el pecho,
luego el ombligo, luego el pubis, ay que risa mis calzoncillos rojos, luego sin
calzoncillos, un poco de recorte, un completo, así parece usted un niño, pues
toque que verá mi edad, y al toque sigue otro, y otro, por qué no con lengua,
por qué no en la boca, por qué no en su sexo también depilado, y jojojojojó,
buena gracia que les hace, que ya no hablan de barriga, ni del rojo de mis
calzoncillo, ni de la barba, y sólo jadean imitando mi grito, ay que noche,
noche de amor, y ya no soy santo, que me quedo en papá, mejor papito, ay papá,
papito, papaíto, tú eres siempre el mejor de los regalos…
2 comentarios:
Feliz Navidad, señor Rascaviejas.
Feliz Navidad, querido anónimo/a
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