Esta
es una orden de tu esclavo, amada. Frente a un espejo, sobre una cama o sofá
engalanado con sedas de la India pintadas a mano o indonesio batik de
circulares ojos te tumbarás de espaldas, desvestida, y tus largos cabellos
negros soltarás.
Sé que ya has leído la página del
libro que te dejé marcada. Lo denota el perfume a piel desnuda que invade el
ambiente. Sé que hay torres donde quieres encerrarte. Mi deseo se colará hasta
por el último resquicio. Sé que temes, esperas y hasta deseas. Y tu deseo es
orden. Y mi lujuria es una y mil. Se cuela por las rendijas. Entra por tus
poros. Se esparce por tu piel. Penetra en la cálida caverna de tu sexo. Se
funde con otras lluvias de placeres incontrolables. Así me lo has reconocido,
me lo has jadeado y me lo has susurrado. Lluvia dorada que nos ha hecho
sentirnos dioses. Tu piel llena el más hermoso cuadro jamás pintado.
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