Mis pechos volvieron a la arcilla.
Tierra madre. Al verlos sentí las manos del escultor en el seno de
la tierra, en el barro modelado. El aire me faltó. Fue un instante.
Un pellizco. Como si esas manos me hubieran apretado los pezones.
Como si el juego se hubiera prolongado durante aquella tarde de mayo.
Cuando posé para él. Cuando sus ojos me desnudaban por dentro. La
exposición estaba a punto de cerrar. Aproveché un descuido del
vigilante. Me acerqué. Mis dedos sintieron el frío rugoso de la
materia. Ahí abajo, en el centro de mi tierra, el barro era lava.
Volcán. Pero no podía decírselo a nadie. Empezando por el artista.
Y terminando por el escritor de los textos...
3 comentarios:
El Arte es la comunicación, que algunas veces, se establece entre el autor y el espectador. En este caso el Arte se ha producido en las dos direcciones, porque el espectador con su pluma se ha convertido en artista y con su relato ha emocionado intensamente al escultor. Gracias por este texto que hace que merezca la pena seguir trabajando.
¡Pero el barro es más rudo que tocar un seno!
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