Escribió el mensaje
a través de whatsapp. Pensó que no habría sido capaz de hacerlo cara a cara. El
whatsapp lo inunda todo. Todo empezó por casualidad en el trabajo.
No me va a dar
tiempo a entregar el informe
Pues que la mamen
Quién a quién, cuándo y dónde
Jajaja
Tardó en reaccionar. La buscó con la vista
instintivamente pero en la oficina les separaba una larga distancia. La vio de
lejos sonriendo. Desde aquel día el juego se convirtió en habitual.
Apuesto a que nunca te han ofrecido el culo
Qué quieres decir con ofrecer
A que te lo pongan para que te corras en él
¿Dentro o fuera?
Umm, yo me refería a fuera. Pero dentro
tampoco está mal.
Podría parecer por
las conversaciones que se habían conocido carnalmente. Pero no era el caso. Cada
uno quería llegar más lejos que el otro. Cada día se saludaban en la oficina
como a uno más sin hablar de aquella quemazón, aquel juego a través de
mensajes.
Pero ese por detrás me deja todavía algunas
dudas.
Dime.
Hay dos orificios, ¿no?
Así es. Uno muy cerquita del otro.
Puede uno equivocarse fácilmente
No tan fácilmente
¿Te enfadarías conmigo si me
equivocara?
Estos mensajes les
resultaban especialmente valiosos por sí mismos. Las conversaciones que
mantenían tenían algo que les despertaron viejas sensaciones que creían haber
perdido.
No mucho.
Según.
Según qué
El momento.
O que apetezca.
Aparte de eso no creo que seas de los que
les importe
El qué
Que me enfadara
La verdad es que no. Una vez
hecho...
Ya lo sabía.
A
veces he hecho como si me enfadara pero en realidad…
… me había gustado que no me echaran
cuenta.
Sabes?
Es como si pudiera una saltarse ciertas
reglas.
No sé si me entiendes
Creo que sí, pero si me pones un
ejemplo…
Bueno.
Una vez, por ejemplo, no sé si será
ilustrativo...
bueno, estaba chupándosela a mi novio y
cuando iba a acabar
me agarró la cabeza con fuerza, me
inmovilizó
Me cayó en el ojo que se me irritó y todo.
En el momento me molestó pero cada vez que
me acuerdo me pongo.
Muy ilustrativo.
Pero no creo que cayera otra vez en lo
mismo.
Quiero pero no quiero.
Eso ya es difícil de entender.
Chico así somos las mujeres.
Ella tenía una nariz muy particular y no
llamaba mucho la atención pero cuando se reía estaba muy atractiva. Tendía a tapar
sus orejas con el peinado porque creía que las tenía un poco separadas.
Enseñaba todos los dientes al sonreír y se ruborizaba.
Una tarde, cuando la temperatura ya les
alcanzaba máximos históricos…
Mírame
Qué
Que me mires
Entonces levantó la vista. Se habían
quedados solos en la oficina. Ese fue el momento de quitarse la careta, darse
por vencidos, dejar las palabras a un lado y apagar el móvil.
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