Le acerqué un
pañuelo de papel un poco avergonzado pero ella me lo rechazó.
-Espera, Voy a
mirarme en el espejo
De estar
arrodillada se le habían coloreado las rodillas. La vi deslizarse descalza por
el pasillo con las manos manchadas también y las llevaba levantadas como para
no tocar nada. Fui detrás de ella, confuso. Por detrás parecía un felino
contoneándose, un animal femenino. No sabía que pretendía. Ya en el baño me
quedé detrás.
Se miró atentamente
en el espejo para ver lo que le había hecho. Tenía llena la comisura de los
labios, la nariz y un poco en el pelo. Se quedó observándose atentamente como
buscando algo.
-Lo siento. ¿Te ha molestado?
-No. Sólo busco qué es lo que encuentras
excitante de esto.
1 comentario:
Entro desnudo, sin alma, sin corazón a un templo donde solo respirar cuenta...
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