- Abre la boca todo lo que
puedas.
No debí poner el empeño
adecuado en la acción, ya que optó por un ejemplo práctico.
- Cuando digo abrir
todo lo que se pueda, quiero decir esto…
Y se abrió. Todo lo que pudo
y más. Su ropa interior tirada en el frío suelo fue testigo. Y mis ojos. Y mi
boca. Y mi lengua. Y mi miembro…
Nunca tuvo más uso el extraño
aspirador de salivas. Nunca más tendré miedo a la consulta de la dentista…
2 comentarios:
Hay dentistos y dentistas.
¿y cómo se sale de ese sin fondo?
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