¡Oh, bella Alfonsita, reflejada
en aguas de tus sueños, procelosas;
deliciosa tú, flor almibarada,
envidia de jazmines y de rosas!
Ingrávida Alfonsita, exuberante,
tan repleta de gracia y donosura,
tan cálida y completa de mesura
si mirada por detrás o por delante.
Fuérate comendado tu esplendor
para gusto dar a esta encapricha
y el ingenio armara la tramoya,
-ensueño levantado en tu loor-
do tú fueras el cofre, ¡ay qué dicha!
en donde nos metiéramos la joya.
1 comentario:
Manuel, encantada de verte por estos lares, así, tan desquiciado y atrevido...
Besos.
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