Un tío enfermo y en edad anciana
casó con su sobrina (¡muy mal hecho!),
doncella alegre, joven y lozana,
pronta a cobrar el marital derecho.
Díjola el novio: "te prevengo, Juana,
pues vamos a estrenar el nupcial lecho,
que yo sólo una vez cada semana
podré servirte en algo de provecho"
Conformose la ninfa; y recibiendo
aquel tributo solitario y frío,
repetía entre sí: "peor es nada".
Mas, llamado el anciano reverendo,
le instaba humilde: "Vaya, tío mío,
siquiera una semana adelantada".
1 comentario:
No conocía esta semana adelantada de Iriarte.
La imagen es muy bonita,
saludos.
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