martes, 27 de agosto de 2013

NO SÉ DEMASIADO por Alejandro Lérida




De Claudia apenas sé que su coño se abría contra las ordenanzas municipales, con la dosis necesaria de veneno; como el botín del mundo en las peores manos; como la realidad en cualquier callejón, más allá de las luces apagadas del coche, los cristales lluviosos…
De Claudia apenas sé que tiene nombre de un asteroide rojo o de un cráter de Venus (como si en ese nombre se mordiesen las letras unas a otras para darme el significado del deseo); que las grandes palabras ya solo pueden ser las palabras bien dichas: "saqueo", "muslo", "intersección"; depredadores dedos (¿en busca de un poema?), minúscula, anecdótica vagina en donde cabe todo un diccionario...
Con paso firme pisa el peligro que corro por dejar de ser yo para poder ser ella en toda la extensión de su desnudo…
Y en el preciso instante, yo soy todo lo bueno y malo que hay en todo. Y no me quiere menos de lo que llegaría a odiarme si me largo.

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